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martes, 29 de julio de 2014

Sistema educativo perverso


Por Avenabet Mercado

No se puede seguir viviendo en el mismo camino que siempre se ha estado.  Combatir la pobreza también significa invertir en el desarrollo de la educación para impulsar a Panamá con pasos firmes  hacia un  mejor porvenir.

No es justo que con tantas inversiones en Panamá existan regiones donde los niveles de desarrollo tecnológico, que nos da la ciencia, jamás lleguen en forma eficiente a las escuelas; pero si por casualidad llegan, la limosna gubernamental  va cayendo a cuenta agota.

Panamá tiene que dolernos a todos, es nuestra nación. Hay suficientes evidencias de  escuelas ranchos en zonas rurales donde los niños para estudiar no tienen pupitres en que  sentarse y si existen, sus sillas  son  bancas de tablones más duro que una  piedra.

El desarrollo educativo no puede ser sustentable mediante un proceso administrativo donde el apoyo llega a las escuelas de gotas en gotas de agua. El Presidente de la República de Panamá, Juan Carlos Varela Rodríguez, puede ayudar a inclinar más la balanza en beneficio de la educación para apoyar aquellas escuelas donde un estudiante jamás ha podido ver de cerca una computadora y sí la vez, es del docente o la secretaria.

En la actual coyuntura social de crecimiento económico que hoy vive Panamá, es doloroso ver como aumenta el deterioro y deshumanización de la educación. Todo es un negocio y nadie dice nada. Las escuelas ranchos se destruyen en base a buenas ejecutorias administrativas.

Los tiempos cambian. Jamás debe dársele la espala a aquellos conceptos de una enseñanza laica, gratuita y obligatoria desde el nivel pre-primario hasta abarcar el ciclo secundario completo y en igualdad de oportunidades para el acceso a niveles superiores de la educación.

No podemos seguir viviendo con un sistema que se ha ido generando en base al mercantilismo y elitismo de la educación, se ha establecido un sistema educativo perverso cuyas consecuencias más visibles son: deterioro absoluto de la escuela pública, degradación personal y social de los docentes,  discriminación social frente a  sectores de menos recursos económicos;  entre otros aspectos se ha  permitido el fomento de todo tipo de violencia, dentro y fuera de la escuela, desorientación vocacional y más que todo, pérdida del sentido que dignifica la labor de aprendizaje y docencia.

Es responsabilidad del Estado cumplir con la educación, pero para lograr mejores  metas se debe bajar el activismo político en  las escuelas del país. Esperamos que el Ministerio de Educación (MEDUCA), a cargo de su titular Marcela Paredes, pueda tener  mejor resultado educativo en beneficio de nuestra nación. 



Avenabet Mercado/Linkedin                       #UNESCO                                                        



    

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