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miércoles, 29 de octubre de 2014

Finanzas públicas o burocracia mañosa

        Cada gobierno ha  hecho sus aportes al desarrollo Panamá. Un aspecto visual de la ciudad. 


Por Avenabet Mercado

El Gobierno del presidente, Juan Carlos Varela, se ha comprometido lograr un pacto ético entre todas las fuerzas políticas,  en interés  de avanzar hacía mejores  metas  de desarrollo económico y social.  Un primer paso  ha sido  dado al trazar línea con organizaciones sindicales marginadas por administraciones anteriores y la acción, en sí,  ha de ser aplaudida.
Al dirigir  la nave del Estado también ha asumido  el compromiso de dar mejor respuesta a la deuda social del país, buscar bajar  los elevados precios en el costo de la canasta básica familiar para que los alimentos lleguen a miles de hogares humildes de la mejor forma posible. Sin bandería  política, la acción tiene que ser aplaudida.
Y aquí no se está debatiendo que la misión de los poderes público es velar por el interés general, de lo que se habla es de hacer que los precios de la  canasta básica de alimentos, sumado a un incremento en  la tarifa eléctrica que ya es insoportable,   sean lo más humano posible. Los objetivos trazados no deben ser aplanados por pugnas políticas y si se hace, los resultados a futuros podrían traernos otras malas consecuencias.
                                                    Golpe a la pobreza
Una cosa es la triquiñuela política y otra, la realidad social que hoy vive #Panamá. No podemos seguir viviendo en un escenario político sin brida, a las actitudes de cualquier política mezquina hay  que contraponer una actitud de mesura democrática.
En sus gestiones de gobiernos los expresidentes Ernesto Pérez Balladares, Mireya Moscoso,  Martín Torrijos Espino y recientemente,  Ricardo Martinelli,  se comprometieron en  acabar con la delincuencia y enfrentar los bajos  indicadores de la educación. Bien o mal, cada quien hizo su aporte al proceso democrático de la nación.
Ya en el caso de la última gestión de gobierno, la de Ricardo Martinelli, dirigió con energía algunas de sus acciones para dar respuestas a las personas con discapacidad, desarrolló  la infraestructura urbanística y  transformó  el espejismo social  de las  zonas rurales,  apagando  “guarichas”  y encendiendo bombillos mediante el sistema fotovoltaicos de electrificación para viviendas rurales.
Hoy por hoy se observan en las zonas rurales de la provincia de Coclé, puntos específicos de Penonomé, hogares donde la iluminación sale de una bombilla porque se pudo apagar una guaricha; se observan en regiones indígenas, entre ellas la  Comarca #Embera Wounaan (allí  más de 846 ciudadanos fueron beneficiados de los servicios de luz), como estudiantes pueden tener acceso a la información por medio de la computadora.
Bien o mal esos gobiernos dieron golpes para reducir los niveles de pobreza en Panamá. Ahora en la actual gestión de gobierno, el presidente de la República Juan Carlos Varela, ha prometido  una gran campaña en busca del fortalecimiento democrático, de la institucionalidad, de la descentralización gubernamental y más que todo, de elevar y hacer más eficiente los servicios de la administración pública y esa acción, en verdad, tiene que ser aplaudida.

                                                    Burocracia mañosa

Si el Presidente, Juan Carlo Varela, insiste en dedicar una agenda especial para mejorar los servicios en la administración pública la acción tiene que ser aplaudida porque el problema en  nuestra nación es que no hemos podido combatir a una burocracia tramposa, mañosa, sin freno y sin riendas, que avanza igual a caballos desbocados  derribando  las finanzas públicas del Estado para que nadie pueda hacerla lo más humana posible.
Otro problema es que pareciera, en un  país tan especial  como el nuestro, aún los administradores de las cosas públicas no aprenden para  saber administrar los bienes del Estado cuando hay muchas abundancias económicas en las finanzas,  en relación a sus necesidades y servicios. Muchos funcionarios dan lugar a despilfarro inevitable.
Deberíamos tener siempre cuidado con las inversiones, se  tiene que administrar con prudencia como ayer lo hacia ese buen Contralor de República, Rubén Darío Carles; hay que tener cuidado en construir obras públicas sin la meditación y el estudio que recomienden sus utilidades para evitar así sobrevenga una fiebre de especulaciones que produciría consecuencias perniciosas en todas las capas sociales.
Una generación sola no es dueña de los bines del país. Esta gestión de gobierno  puede   cambiar los rostros de muchos hogares panameños y  para hacerlo,  a cada momento,  deberá pedirle a Dios que lo libre de tener algunos gobernadores, alcaldes o corregidores que gusten administrar los bienes públicos con  indolencia  y más que todo,  con aberración política.   

Más sobre mi:  @avenabetmercado
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