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miércoles, 17 de febrero de 2010

Israel no puede retroceder

Por Avenabet Mercado

amercado@elsiglo.com

Todos tenemos que estar dispuesto a facilitar que el Estado de Israel y sus ciudadanos vivan en paz.

Esa nación tiene derecho a las ideas políticas y no puede, jamás, ni retroceder y muchos menos hacer concesiones a ningún otros Estados o gobiernos de la región en donde los abanicos del terrorismo sean los sentimientos que imperen frente al avance de las libertades, que en sí son la idea más pura de la democracia.

Los movimientos que se opongan a la paz tienen que ser desplomado.

En la región los grupos violentos y que dejan escenas dramáticas de dolor tienen que ser conjurado porque se esta siendo necesario que el concepto de Estado, sociedad, propiedad, bien público, trabajo social e individual giren en armonía para ayudar a reducir la brecha del deterioro humano. Israel esta enfrentando moralmente las escenas de las violencias y sus ciudadanos tienen derecho a vivir sin temor.

La lucha del Estado de Israel, que se levanta de la ceniza de la Segunda Guerra Mundial donde Adolf Hitler era la marca del escenario perverso, por el perfil de la paz no es en vano.

Hay que peregrinar por Israel porque allí esta el poder de la fe cristiana, la paz y la realidad de un ideal político de verdadera justicia social.

Esa nación es amante del más puro ideal de la paz. “Ustedes conocen mejor que nadie el dolor que llega cuando pasa la guerra” dijo en una ocasión el difunto papa, Juan Pablo ll, al definir un mundo en convulsión.

Israel tiene derecho de darles a sus ciudadanos un domicilio digno y el derecho a no ser víctima de ataque. En la localidad de Nitzan, en Ashkelon, ya están las primeras familias que recibieron las llaves de las casas prefabricadas donde residirán temporalmente, después de que se trasladen al asentamiento de Nisannit, en el norte de la Franja Gaza , así también nos los destaca el diario Yedioth Ahronot al definir como avanza la primera familia de colonos al abandonar Nisanit.

Los planteamientos del dirigente laborista Simón Pérez o lo del Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, no pueden caer en el vacío cuando se refieren a los movimientos islámicos violentos que avanzan por la región sembrando el terror ante de las elecciones parlamentaria de enero próximo.

El Estado de Israel tiene el derecho de proteger a sus ciudadanos y asegurarle seguridad personal a cada familia, tiene el derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias de ninguna nación y también de rechazar instigación del odio racial o religioso. Las Naciones Unidas estableces en sus cartas claramente hasta donde llegan los derechos de Israel.

Jamás se puede en esas jornadas por la paz olvidar a Aller Karol Woytila, como un pastor con iniciativa, nos dejo un legado papal difícil de desechar en nuestros caminos por la libertad. Y hoy Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVl, tiene entre sus manos otro nuevo mensaje para la paz en un mundo de desafíos. Israel también interpreta claramente esos esfuerzos, todos los hombres y mujeres deberíamos desde ya abrir nuestros corazones para que los ciudadanos de esa nación puedan vivir en su tierra siempre bajo la protección de Dios, y buscando igualmente el ideal de la democracia que en sí es el sentido real de la libertad.


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