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martes, 28 de febrero de 2017

Urge estrategia para proteger a los emigrantes




Por Avenabet Mercado

Los  estados están obligados, según el Tratado Marco de Seguridad Democrática en Centroamérica, a "adoptar posiciones y estrategias conjuntas para la defensa legítima de sus respectivos connacionales en el exterior" frente a medidas tendientes a su repatriación o expulsión.
Las autoridades en Panamá deberán dedicar capítulos especiales a esos planteamientos debido al flujo constantes de emigrantes por el territorio nacional, principalmente en los únicos puntos fronterizos  de Costa Rica y Colombia como son las trochas de Paso Canoas y Darién.
Y  no solamente debe hacer el esfuerzo Panamá, sino que también las naciones del Istmo Centroamericanos tendrán que sumarse a un trabajo conjunto de políticas serias, honestas y amigables con la realidad social que se vive en la región acorralada por los niveles de desempleo, crisis en la familia y una violencia de pandillas que avanza sin control igual que un Caballo de Troya.
Nicaragua, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Bélices, Panamá y Colombia, incluyendo a México, tienen unos grandes compromisos aplicables a la atención de las causas de la migración forzada y a la obligación de propiciar un cambio progresivo en la calidad de vida de sus pueblos.
Y pensamos está ocasión será bien oportuna cuando, en pocos días, el Consejo Centroamericano de Procuradores de Derechos Humanos inicie reunión durante el mes de  marzo en Panamá para abordar la problemática de las personas migrantes y los desplazados en Centroamérica.
Durante estas reuniones los cancilleres de la región, expertos en temas de Derechos Humanos, sociólogos, autoridades de policías, empresarios, abogados en sí los Gobiernos deberán dejar a un lado cualquier diferencia regional sentarse con seriedad y  más celeridad para apoyar oportunamente con acciones concretas una realidad social que hoy nos golpea a todos.
La migración "no debe ser criminalizada" por los países de tránsito y de destino, pues con ello "violentan los derechos humanos" de los migrantes, quienes tienen derecho al reconocimiento y respeto de su personalidad jurídica.
Entonces, oportuno es el momento en Panamá, es necesario “avanzar “en la implementación del Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica para contrarrestar los factores que causan el desplazamientos forzado y la migración irregular. La trata de blanca, escenas bien dolorosas y humillantes, es un problema de todo; empecemos hoy, desde cualquier instancia, a velar y exigir pleno respeto de los derechos humanos que  centralicen su atención en la población migrante y sus familiares.


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