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lunes, 19 de julio de 2021

Pandemia provoca más pobreza al pueblo indígena Ngäbe-Buglé




Por AvenabetMercado /Línea Directa

Cada día va tornándose  elocuente la forma en que viven muchas familias indígenas en la Comarca Ngäbe-Buglé. Se observan escenas que son deprimentes y aún más, es peor, cuando la atención sanitaria revela indicadores que son críticos en la manera cómo llega la esperanza de salud.

Es bien dura  la realidad social en las distintas comunidades de la Comarca Indígena y debemos mencionar algunas como Kusapin, Bisirá, HatoChami;  aquí las instalaciones de salud que existen brindan atención médica completamente limitada.

En los distritos de Mironó y Nurum la realidad social es más cruda. Hay  en la Comarca dos centros de salud, ubicados en los distritos de Mûna y Nole Duima, donde se logra un poco mejor la atención médica con servicio de cama. Pero del lado atlántico, en el distrito de Kankintú, las facilidades médicas son bien diferentes a las bondades que se ofrecen en Alto Soloy del sector pacífico.

Dirigentes políticos, en muchos gobiernos, tienen por rutinas llegar a las zonas comarcales a buscar el voto  en cada torneo electoral. Para ellos, es el voto más fácil  al final de la campaña; pero los análisis históricos también nos dice que esos políticos que juegan con la pobreza de un pueblo están condenados  a ser mediocre.

Igual se  plantea que entre tantas promesas de políticos que no cumplen existe un premio record, eso es en  los gobiernos democráticos luego de la dictadura;  lo gana aquel expresidente que prometió eliminar las  letrinas en muchas comunidades de zonas rulares.

La realidad es que no solamente se ofrecieron letrinas, sino que también sistemas de acueductos para la  Comarca Ngäbe – Buglé y otras regiones, los cuales terminaron deteriorados por falta de mantenimiento y en muchos casos por desuso o deficientes construcciones,  donde  se dieron inversiones por muchos millones de dólares.

¿Cuáles fueron las razones de dicho fracaso? Algunos conocedores de los temas plantean que todo obedeció a una falta de compromiso en las comunidades indígenas y sus dirigentes en las tareas de mantenimiento.

Sin embargo, otros intérpretes del tema explican que los proyectos fueron un desastre total porque  las inversiones pasaban a ser planificadas desde las oficinas refrigeradas en la Ciudad de Panamá, con un enfoque de arriba hacia abajo.

Pero hoy existen muchos escenarios distintos con esos asuntos de la  letrina. Ingenieros y arquitectos, aquellos conocedores de lo que significa cumplir con la deuda social del país, plantean que los contratistas en su ambición de ahorrar costos y maximizar la ganancia, alteraron los diseños originales y, supuestamente, adquirieron materiales de mala calidad.

Hoy deberíamos evitar regresar a la triste historia de aquellas inversiones cuantiosas, los organismos internacionales y las agencias gubernamentales deberían insistir siempre en revisar a profundidad los enfoques con que se pretende ayudar a los pueblos indígenas,  en materia de agua y saneamiento.

Los Ngäbe-Buglé son los pobres más pobres de la República de Panamá. La comarca se divide en tres regiones: (a) la que formaba parte de la Provincia de Chiriquí se llama Nedríni (tierra hacia el oeste), (b) la región Kodriri (tierra hacia el este) es el área que pertenecía a la Provincia de Veraguas y (b) la Región Ño Kribo es la región en el lado del Caribe que formaba parte de la Provincia de Bocas del Toro.

En cualquier punto que inclinemos las miradas esas perspectivas de salud en la Comarca Ngäbe-Buglé son cuestionadas porque también existen limitaciones de médicos, odontólogos, enfermeras y ahora con la crisis  de la pandemia del Coronavirus (Covid-19)  llegan otros grandes problemas.

En el distritos de Kankintú, Kusapín, Besikó, Mirona, Nole Düima, Múna y Ñürun se observan escenas de niveles de pobreza  muy dura. La realidad social en materia de los servicios sanitarios debe movernos  a la reflexión;  aquí escasean los inspectores de saneamiento ambiental, la vulnerabilidad de la población aumenta y cualquier problema se multiplica.

Es necesario realizar inversiones en las áreas de  la construcción, electrificación, necesidades de agua y saneamiento de las comunidades. ¿Será posible lograr un sueño diferente, donde los niños crecen dentro de la pobreza?

Ya es tiempo de que el pueblo Ngöbe Buglé entre a los escenarios sociales del ser al tener sostén o apoyo económico. Entonces, sería de desear que el Presidente de la Republica, Laurentino Cortizo Cohen, en su lucha de combate a la pobreza,  incline las miradas a la región;  que se haga con justicia social y solidez, principio de  equidad y siempre pensando en el porvenir de la Nación.

martes, 6 de julio de 2021

República Dominica: El turismo y su gran riqueza cultural.



Por Avenabet Mercado / Al Día Panamá

República Dominicana, es un  país que se destaca por la calidez de su clima y donde las personas sonríen como un símbolo humano de su hospitalidad. No importa cuales son las dificultades del día a día, en esa nación el trato al turista cuando visita es fascinante por su gran riqueza cultural.

La industria del turismo o de la  chimenea sin humo siempre ha estado presente en la historia de los dominicanos. Los visitantes que llegan a la isla de Quisqueya cuando se dan un baño de pueblo lo primero que piden es la famosa Yuca con Chicharrón o el plato del Mangú, salpicado con boronas de chicharrón y un buen toque de Aceite Oliva.

Y la fama del trato al turismo llega de toda parte del mundo a República Dominicana, es el segundo país más grande  y más diverso de El Caribe. Con vuelos directos desde las principales ciudades de Latinoamérica, Estados Unidos, Canadá y Europa los viajeros llegan al país porque el mismo cuenta con una naturaleza extraordinaria.

Rodeada por el Océano Atlántico hacia el Norte y el Mar Caribe hacia el Sur, República Dominicana se enorgullece de contar con más de 1,600 Km. de costa y 400 Km. de las mejores playas del mundo, magníficos hoteles y resorts, e infinidad de opciones en deportes, entretenimiento y recreación.

El ritmo fluye 

Aquí el ritmo fluye como la miel de la azúcar de caña y el son del merengue o la bachata. No importa donde se escuche el tambor o los sonidos de las maracas, que en su interior se llena con diversos elementos de percusión, como piedras pequeñas, semillas o pequeños pedazos de metal.

A los turistas les encanta bailar los ritmos contagiosos del merengue, la bachata o el famoso Perico Ripiaos; no importa, luego que regresan de explorar antiguas ruinas o deleitarse con buena gastronomía en variados hoteles, al caer la tarde lo que desean es bailar un buen son en Playa Bábaro o Punta Cana, entre las mejores playas del mundo.

Y aunque algunos de los merengueros ya no viven, los runrunes de los turistas se escucha en un solo tono  para escoger entre los mejores merengueros y en verdad, el listado jamás termina con opciones de nombres como Ñico Lora, Casandra Damirón, Julio Alberto Hernández, Ángel Viloria, Billo Frómeta, Luis Alberti, Joseíto Mateo, Vinicio Franco, Papa Molina, Johnny Ventura, Juan Luis Guerra, Milly Quezada, Wilfrido Vargas, Cuco Valoy, Félix del Rosario y Dioni Fernández.

Va cayendo la tarde en cualquiera de las playas de República Dominicana,  pero para los turistas más jóvenes el son pasa a la discoteca donde siguen escuchando la música de merenguero como: Fernando Villalona, Maridalia Hernández, Rafa Rosario, Sergio Vargas, Héctor Acosta,  Miriam Cruz, Ramón Orlando, Toño Rosario, Eddy Herrera, Rubby Pérez y Kinito Méndez, entre otros que nos hace botar miel por los poros.

El ritmo entre los dominicanos siempre está presente, igual al merengue o la patria que jamás muere.

https://youtu.be/07314LhFag4


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