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domingo, 20 de julio de 2008

¿ Militarismo o democracia ?


¿ Militarismo o democracia ?


Por Avenabet Mercado



La dolorosa realidad que estamos presenciando hoy con el cacareo de impulsar fuerzas represivas en la estructura de mando de la Policía Nacional no es fruto de la nueva generación de policías, sino de la tolerancia ancestral de viejos políticos y militares enquistados en el poder que van generando un decaimiento de la moral pública, un hedor, que ni la misma democracia puede seguir reciclándolo.

Todas esas voces que en estos meses sueñan con impulsar cadenas de mando propio de ejército con disciplinas represivas mueve a la reflexión de los sectores políticos a otear hechos como lo del 22 de septiembre de 1999 cuando se exhumo en el extinto Cuartel militar de los Pumas una osamenta que, en principio se sospechó que correspondía al desaparecido sacerdote Héctor Gallego, pero pruebas practicadas luego demostraron que correspondían a Heliodoro Portugal, ciudadano desaparecido durante la dictadura en circunstancia misteriosas.

Y los casos misteriosos siguieron aumentando con los crímenes de Teodoro Palacios Hurtado, otras circunstancia misteriosa y otras cadenas de dolor como la desaparición física de Encarnación González, quienes pueden ser contabilizado por el poder del extinto G-2 o aparato de inteligencia militar.

Las escenas jamás deben ser olvidada por el hilo de la historia. Pero lo que duele en nuestra nación es ver a jóvenes que son dirigentes honestos transformarse en figuras conformistas que muchas veces ni siquiera perciben la escandalosa corrupción que les rodea, y peor aún, tampoco ven el monstruo represivo que quieren imponer a la democracia de la nación como una cadena de fuerza, y eso sí se llama ser desvergonzado.

Gobierno, diputados y política peligrosa


Gobierno, diputados y política peligrosa


Por Avenabet Mercado

amercado@elsiglo.com


En política la rueda de lo fartuna es peligrosa. Muchas veces se pude estar en lo más alto de la escala social y de la felicidad; en otras, sin darnos cuentas, caer en el abismo de la degracia.

Es por eso que las figuras publicas, funcionarios de prestigios hasta esos que buscan los galardones en presidencia de la República, entre algunos dirigentes encumbrados en los partidos políticos , más que el ciudadano común que vive en la pobreza, en lo alto de la rueda política tiene que coronar sus acciones de virtudes morales, del honor, al no ser que al girar el escenario caiga al abismo , al infortunio.

Nadie quiere vomitar vino. Estamos viviendo en una democracia cuya estación económica es bien florida. Y es que hoy en día la sociedad se debate entre dos extremos: La suntuosidad y el lujo; en otro escenarios se observa la pobreza, la derrota económica y la corrupción. Hay que empezar ha distinguir.

¡ Aprieta, pueblo!.

¡Aprieta...!

¡ Ay..., cielo piadoso!

Las fiestas en los viñeros no pueden seguir, aprieta pueblo. El desviñar de las licitaciones solo la están disfrutando unos pocos. Las acciones abundan y existen voces que pueden dar grito de verdades escritos en libros de contabilidad que son mudos.

Pero el escenario que estamos viendo hoy no sola señala a algunos supuestos funcionarios públicos de alta jerarquía, entre los viñeros también están las practicas legislativas.

Es por eso que en la Asamblea Nacional abundan los diputados que ejercen debates políticos que son absurdo, aburrido y los mismos son ciudadanos que no pueden mantenerse con el pecho erguido, la frente en alto sobre el púlpito debido a los intereses creado.

Las pintorescas escenas, más que acciones para legislar en beneficio de la nación, son de amistad- de parentesco- y los jerarcas de los distintos partidos políticos muchas veces son culpable porque otorgan escaños y puestos de gobierno a individuos evidentemente inepto para regir lo destino de la nación.

Entre diputados y diputados ya no hay admiración, la oratoria es mediocre y es absurda: No por ser aplicada precisamente, a la defensa de ideas fundamentales y de teorías , sino por su atuendo retórico.

De ahí, entonces, los ciudadanos tendrán que empezar a ser critico. El pueblo tiene que empezar a apretar porque existen muchas actitudes que ya son de indignación, desagrado y de indiferencia hacia las necesidades que exige la nación.




Educación y escuelas “ranchos”.


Educación y escuelas “ranchos”.


Por Avenabet Mercado

amercado@elsiglo.com



En nuestra nación de cualquier opinión pública se hace un alboroto. Debe ser aplaudida la reacción de la primera dama de la República, Vivían De Torrijos, cuando sale en defensa de que se sigan mejorando las escuelas ranchos en el país, donde también gobiernos de otras naciones nos han dado sus manos de ayuda.

No sabemos si existe algún interés de alguien en particular en hacerle daño al Ministro de Educación, Salvador Rodríguez, un buen profesional en el ejercicio de funciones y catedrático universitario. A lo mejor, somos del criterio también, que se dio un pésimo manejo de la información a lo interno de su departamento de relaciones públicas.

Pero si debe decirse la verdad del escenario. En plena época del “Internet” aquí hay escuelas y bibliotecas que parecen chozas y eso es una vergüenza nacional. En América naciones como los Estados Unidos, México Brasil y Cuba son un verdadero ejemplo cultural, allí se respetan a los intelectuales, las universidades son plataformas coherentes para el desarrollo social y tanto las escuelas o las bibliotecas pasan a ser un verdadero tesoro nacional.


El desarrollo social y económico del Estado panameño siempre debe fundamentarse en el fortalecimiento de la educación del país, pero cuando observamos las malas estructuras de muchas escuelas y bibliotecas en las distintas provincias del país todo nos causa pesar.

Los bajos indicadores de nuestra crisis educativas no se pueden negar.

Las verdades deben ser dicha con honestidad como también lo expreso ese prohombre de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, al referirse a los valores culturales de su nación: Tiene derecho a criticar, quien tiene un corazón dispuesto a ayudar. O sino, como nos lo diría la escritora Gabriela Mistral: " Tener patria es un regalo al que tarde en tarde hay que corresponder.

Aquí las escuelas ranchos, todas , deben ser eliminadas.

Ahora que se ha dado el debate público también sería interesante que las autoridades del Ministerio de Educación visiten silenciosamente algunos centros educativos, que lleguen no como autoridades sino como padres de familias, y notaran como sufren los padres porque los libros son caros y cuando los niños van a una biblioteca pública, en la mayor de las vece, los bibliotecarios no pueden efectuar correctamente su función docente porque entre libros y libros acumulados sobre los anaqueles observamos nido de falsedades. Los bibliotecarios tienen pocos recursos económicos y , de los docentes ni hablar.

Y las escenas que se observan a diarios en muchas escuelas del país deben dolernos a todos. Es responsabilidad del Ministerio del Educación darle una manito de ayuda a los servicios que prestan las bibliotecas públicas del país, sin olvidar además a esas de las zonas rurales donde los materiales para sus mantenimientos físico no llegan ni en caballos y sus estructuras se están cayendo a pedazos llena de comején.



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