Por Avenabet Mercado
avenabet@yahoo.es
Pareciera que en nuestro país existen
sectores económicos que no están valorando el esfuerzo que realiza la Autoridad
Nacional del Ambiente (ANAM) por proteger los parques forestales, igualmente de
protección a las aves silvestres.
Existen
denuncias públicas de personajes - donde ya abundan cazadores furtivos- que en distintos puntos geográficos de Panamá
se están dando a la práctica de amenazar especies de aves que abundan en
nuestra fauna, en interés potencial de comercializarla en el exterior.
Aquí,
muchas veces, la ley forestal se viola y dañan ecosistemas que sirven de
protección a las aves. Todos conocemos quienes son sus depredadores, pero nadie
dice nada.
De qué sirve al Estado insistir en impulsar
foros internacionales en nuestras universidades y escuelas del país, si
nosotros mismos, los panameños, no protegemos los recursos ambientales o
especies de aves como las águilas, los pericos o esas guacamayas de convertirlas
en mascotas.
Urge a las autoridades asumir medidas
más enérgicas, donde también se pueda crear más conciencia al ciudadano sobre los daños
que a diario se le está haciendo al entorno ambiental, en la que ya hasta el Mono Perezoso está en peligro de extinción.
Fomentemos una mejor cultura de
protección de nuestros recursos naturales. Y sobre el camino, ayudemos el
esfuerzo que también hacen muchos patronatos por proteger el águila Arpía.
Pensemos un poco más en el porvenir de la nación.
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