Por Avenabet Mercado
avenabet@yahoo.es
Hay persona mezquina hasta en su ataúd.
En nuestro Panamá ya sabemos de políticos
que en vida piden a sus hijos que cuando mueran sean enterrados en féretros,
pero con bolsillos a sus lados. Todo se lo quieren llevar hasta la tumba.
Y el mismo escenario se puede ver hoy con
dirigentes que vociferaban ayer un marcado interés por fortalecer el compromiso
con la deuda social de la nación. Pero las mejoras de que tanto hablaban ahora que son diputados dicen
no nos estarán llegando ni por avión ni por tren, sino en un carro que se
desplaza lentamente.
Pero mientras el crecimiento
económico sigue bendiciendo a nuestra nación, se le debe recordar a esos
diputados que los beneficios no solamente son para salpicar a la provincia
de Panamá; la ensalada con aceite tiene que llegar a las comunidades más
aledañas en cada una de las provincias.
En el camino de la fiesta jamás dejen por fuera a Boca del Toro,
Veraguas, Darién ni a las zonas indígenas. Y algo aún peor, nadie quiere que
después del mes de enero esas bondades económicas lleguen a las regiones
ni a caballos ni en mulas que se desplazan igual o peor que las
tortugas.
Aún nadie toque la ensalada con
aceite sin primero definir o explicar al país la forma más eficiente del
calendario diseñado para impulsar el bienestar social hacia aquellas familias que viven en zonas
rurales, donde la
política sigue siendo mezquina cuando se habla de solidaridad.
No se está debatiendo ahora cuál será el
modelo de sociedad que hoy realmente necesita el país, para avanzar hacia la meta del
desarrollo económico. Lo que se discute en el
momento es la forma de hacer una
realidad social más humana para aquellas familias que viven en zonas rurales
alumbradas con guarichas y a lo mejor, el agua solo les llega de gota a gota
igual que la gota del ojo de un pájaro muerto.
En las comunidades rurales luchar por la
vida es una situación dura, peor que la gota fría.
Allí es deficiente la protección para
enfrentar el maltrato infantil, la juventud está siendo afectada por el flagelo
de las drogas y entre otras tantas situaciones, existen personas con
discapacidad que se le hace difícil llevar un pedazo de pan a la boca.
Si verdaderamente existe el interés de
discutir un mejor modelo de sociedad, entonces no se puede seguir
pensando en política de Estado con acciones de individualismo a ultranza y donde los presupuestos económicos siguen siendo siempre escasos o
también: Siguen siendo mezquino y ejerciéndose igual a políticas de deslealtades cuando se habla del valor
de los derechos humanos que tanto necesita Panamá.