Por Avenabet Mercado
Periodista / Editor
Panamá se encuentra en una encrucijada del comercio internacional, en un punto estratégico con relación a los grandes mercados que hoy se conforman en mega bloques.
Panamá se encuentra en una encrucijada del comercio internacional, en un punto estratégico con relación a los grandes mercados que hoy se conforman en mega bloques.
Como región interoceánica, nuestro país deberá convertirse en un verdadero centro marítimo, desarrollando también un sistema multimodal de transporte. De esta manera al aprovechar la localización geográfica por el paso obligado de naves, igualmente se incrementará nuestra capacidad de brindar servicios a los usuarios.
Nuestra nación no debe desaprovechar todas las oportunidades que tenemos hoy frente a otros mercados internacionales. Debemos asumir la responsabilidad de aumentar un sin número de actividades complementarias al tráfico marítimo, y otras que, por efecto multiplicador, igualmente se sumarán en todo el territorio nacional como son los casos de la agricultura, la industria, el turismo, etc.
De estos hechos, el resultado global deberá ser el incremento en el uso del Canal y la maximización de nuestra posición geográfica. Hoy, luego de diez décadas de vida republicana, Panamá tiene, por primera vez, la oportunidad de incorporar en un nuevo proyecto nacional una política de Estado, donde los principales recursos sean utilizados como pivote fundamental para integrar a la nación desde el punto de vista sectorial, regional y social.
El escenario de crecimiento económico, que hoy se refleja en grandes proyectos de desarrollo vial; las bondades que también nos trae el turismo nacional e internacional, sumando al potencial del Canal de Panamá como herramienta económica fundamental, nos hace una nación de bendiciones.
Jalemos el carro de la economía por donde es… ¿Cuántas cosas podrían cambiar si aprendiéramos a pensar más en el porvenir de nuestra nación, que en nuestros propios bolsillos?
Todos queremos que se abran los caminos de
los hombres libres y pensemos en avanzar hacia la jornada que nos da la
democracia, la libertad económica que tanto sudor nos ha costado para dejar atrás
la cosquilla política,con el puro interés
de dañar.
Entonces, pues, ¡manos a la obra! ¡ Que se abran las puertas y ventanas del Canal de Panamá ¡ , de la democracia económica ...´¡ Sí, pero que se haga ¡, para dejar que entre el niño Dios.
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