Por Avenabet Mercado
avenabet@yahoo.es
Los valores morales nos llegan primero desde el hogar, donde el niño da sus primeros pasos para avanzar con seguridad; más luego la acción del desarrollo educativo pasa a las escuelas y los profesores continúan mordeando su aptitud, puliendo la inteligencia en interés de lograr un hombre que sirva al gigantesco proyecto que espera la nación .
Todas esas paradojas educativas siguen en nuestras universidades donde los estudiantes se familiarizan con ideales dirigido al logro del desarrollo social,científico y cultural.
El interés de como influyen los valores morales que nos da la familia se ven reflejados en aquellos hombres que constribuyeron a forjar nuestra identidad como nación, entre ellos próceres como Amador Guerrero, José Agustín Arango, Tomas Herrera, Justo Arosemena, Manuel José Hurtado, José de Fabrega, quienes fueron grandes guerreros y próvidos maestros que nos dieron la fuerza imponderable que da a un país la conciencia moral de su propia grandeza.
Las naciones que no cultivan los valores morales desde el seno de las familias y que no valoran a sus educadores, quienes son los verdaderos carpinteros intelectuales de las ideas, mañana serán presas de bajas pasiones e intereses mediocres.
Hoy frente a las olas de criminalidad y actos delictivos que azotan a Panamá , urge regresar a fortalecer los valores en el seno de las familias para que los jóvenes cultiven el espritud cívico y sean hombres que respeten el orden, la propiedad y busquen la paz social.
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