Por Avenabet
Mercado
En la
jornada de esta campaña electoral, de
cara al 4 de mayo de 2014, se ha
empezado a escribir la historia verdadera de la democracia panameña en donde
el ciudadano común ya no
quiere ni lagartos ni zorros ni gallinazos;
se ha dicho no a una historia con discursos de aventuras y sin sentido,
urge una historia de hechos marcados o forjados entre dirigentes que en sus planteamientos políticos hablen del
compromiso con la deuda social del país.
Y así lo viene haciendo el
economista José Domingo Arias, del partido político Cambio Democrático (CD), al marcar los pasos de la historia elevando un
discurso de honestidad y transparencia, dirigido a la familia y hogares en donde las promesas de campañas tienen que
cumplirse.
Hay dirigentes de esta jornada
electoral que aún siguen vociferando una
historia de figuras extraordinaria, pero
que para la familia panameña son símbolos de dolor; son dirigentes que viven oteando el recuerdo de figuras políticas dándose golpes
de pechos en los banquetes presidenciales
y ejerciendo acciones de desgreños
administrativos con los bienes del Estado.
La historia electoral hacia el devenir de la nación se está
escribiendo, es una historia con jornadas transparentes; una historia para una
acción de gobierno comprometida con los ciudadanos, no una historia democrática
de « folletín » con
páginas de un libro dramático de murciélagos y lagartos fantasiosos.
Nuevamente se escribirá la
historia de una acción de gobierno comprometida con los ciudadanos, no una
historia de muñecos y de superhéroes carentes de humanidad y civilidad. Se
escribirá la historia para nuestra
grandiosa nación de Panamá: Pero será la historia del desarrollo social,
esa que lleva a las humildes familias de poblaciones rurales más facilidades con la energía eléctrica para que sus hijos no estudien alumbrándose
con lámparas de queroseno o guarichas.
La historia tendrá que escribirse,
pero no será con aquellos hombres ignaro; se forjarán los pasos para la nueva
historia de la democracia panameña, pero será con hombres osados y
acostumbrados a respetar las leyes o a
desafiar a aquellos que gustan hacer misterio con los bienes que son propios del Estado.
José Domingo Arias, joven
empresario, conforma el círculo político de hombres luchando por la moralización
de la Gestión Pública como una necesidad de modernizar el Estado en el proceso
de internacionalización, apertura ambiental, desarrollo económico y de compromiso con la
deuda social de la nación.
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