Por Avenabet Mercado /Editor
La finalidad de ganarse la vida en Panamá sin grandes esfuerzos va generando en nuestra sociedad un crudo sentido materialista de la vida, donde existen ciudadanos que solo mantienen el interés en ganar dinero por medio de actos ilícitos. Es un interés en ir en busca de dinero fácil y negocios que riñen con la ley para poder lograr poder social sin ideales, sin abnegación; ya hay muchas personas que viven acorraladas en la frenética carrera del placer y el goce inmoderado de los sentidos.
Algunos de estos hechos pueden observarse en aquellos ciudadanos ‘juega vivo’ que avanzan por distintas instituciones públicas del Estado, ejecutando habilidades que riñen con la moralidad social. Nuestra sociedad necesita sacudirse de apetitos negativos.
Frente a una fiebre de lucro por acciones indebidas, tiene que empezar a fortalecer aún más los valores morales, que son tan necesarios para la institución de la familia. No podemos seguir permitiendo que se siga desatando el instinto de fuerzas inferiores que desprecian la cultura, los sentimientos de solidaridad social, y amenazan con llevarse entre las malezas a la juventud.
El presidente de la República, Juan Carlos Varela, en su gestión de Gobierno, podría ayudar un poco en aliviar ciertos males en Panamá. Hay que acabar con la insoportable levedad de la burocracia que todo lo quiere pero no da nada.
Necesitamos una política educativa más firme. Hay que empezar a abrir todas las puertas de las escuelas y universidades. El Estado tiene que ponerse de pie con gobiernos que tengan como metas impartir cultura así como se distribuye el pan de cada día.
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