Por Avenabet Mercado
avenabet@yahoo.es
Más que de ayudas sociales a las comunidades, los debates de apoyo económico y educativo es un festín. Aqui se observa que los ministros, alcaldes y representantes hacen actividades cuando el Presidente de la República, Juan Carlos Varela Rodríguez, piensa en viajar a las regiones en asuntos de trabajos social, económico, politico y culturales; ellos, adornan sus regiones.
El Primer Ejecutivo de la Nación tendrá que empezar a "jalar las orejas" de algunos ministros y gobernadores, principalmente de aquellos que quieren estar en toda parte y no hacen nada. Tendrá que exigir responsabilidades a sus funcionarios, porque ejercer correctamente el principio de autoridad es una buena actitud para cualquier gobernante y más, en interés de ganarse el respeto de los ciudadanos.
Practicar la autoridad, para que sea posible, tiene tres funciones que deben ser primordiales: Primeramente, todos los ciudadanos tienen que actuar según las leyes y respetar las normas de la sociedad. Cada quien- incluyendo al representante del gobierno local en la comunidad - debe ser responsable de sus actos.
En segundo lugar, un buen gobernante asegura que las decisiones dirigidas a su gabinete se tomen de modo competente y que el proceso de las mismas decisiones sea racional, eficiente y justa; ya en tercer lugar, el jefe de gobierno junto a sus ministros coordina las actividades para que se cumplan según el plan. La meta de la coordinación es guiar a la gestión de los recursos económicos para que los objetivos se cumplan en totalidad y con real principio de equidad.
Los funcionarios- luego que el Primer Ejecutivo de la Nación delegue funciones- podrán demostrar su liderazgo al vigilar con responsabilidad el funcionamiento de ciertas reglas que deben ser aplicadas para poder hacer funcionar las metas trazadas. Pero en la actual administración de Gobierno, se observa existen muchas proyecciones que se coordinan y no llegan a su ejecución final. El esfuerzo total no solamente debe ser del Presidente, los ministros tendrán que empezar a bajar el lomo.
Es por eso que la democracia es interesante, hay varias formas de describir al buen gobierno, pero el concepto que mejor describe el propósito de las instituciones es la rendición de cuenta. Un requisito interesante es que deban existir oficinas públicas que ofrezcan a los ciudadanos acceso a la información, la cual incrementa la transparencia del gobierno. No obstante, ese sueño no ocurre en la democracia de Panamá.
Es por eso un buen gobierno, cualquiera que sea, exige que tanto los funcionarios como los ciudadanos respeten el bien común y las leyes del país. Las personas que están al servicio del público tienen que ser imparciales, honradas y abiertas en materia de aspecto político frente a la Opinión Pública.
Instituciones:
Instituciones:
Hoy en Panamá, los relacionistas públicos institucionales tienen que ejercen mejor sus funciones administrativas, igual los pomposos asesores, porque las intenciones políticas del señor presidente pueden ser buenas al llevar la rendición de cuentas a los gobiernos locales, quizás todo es de buena fe; pero luego de dejar las reuniones existen funcionarios, alcaldes y corregidores que toman las decisiones planteadas en forma individual. No hacen nada por sus comunidades, ni ponen oído al clamor popular.
Las voces que salen de las reuniones en las comunidades rurales tienen ecos, no hay seguimientos a los problemas sociales; las mismas voces del consenso no están siendo evaluadas, pero tampoco son escuchadas. El Primer Ejecutivo de la Nación no puede estar viajando a las comunidades con una comitiva institucional que no produce aliento para nada. Son indiferentes a los problemas que existen en las zonas comarcales o en las comunidades donde la pobreza es peor que un látigo golpeando la espalda, una y otra vez. ¿Por qué viajar con algunos funcionarios o equipo de trabajo que no saben sentir la humedad del lodo, el sudor del campesino en la campiñas y el verdadero dolor de la pobreza?
No pueden seguir los alcaldes, corregidores, gobernadores y otros como si fueran personajes guabinosos. Igual los ministros, tienen que estar allí en las comunidades rurales escuchando las suplicas del agricultor, sus voces y sus quejas de aquellos proyectos inconclusos; tienen que estar allí, para también prevenir los abusos de algunos representantes de corregimientos, quienes tantas veces hacen un festin de los beneficios que deben ofertar a la comunidad.
Las maracas de la justicia tendrá que empezar a sonar en muchas provincias del país, donde hay ciudades que el desastre de las calles provoca una batería de reclamaciones por daños y , de las basuras ni hablar. Entonces, algunos procesos de participación en los llamados “gobiernos locales” pareciera ya dejan un hedor y es lamentable porque en lugar de honestidad, oímos la palabra deshonestidad. El Primer Mandatario de la Nación no lo puede hace todo, existe el rumor popular que algunos ministros podrían ser reciclados por ineficientes.
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