Por AvenabetMercado /Línea Directa
Cada día va tornándose elocuente la forma en que viven muchas familias indígenas en la Comarca Ngäbe-Buglé. Se observan escenas que son deprimentes y aún más, es peor, cuando la atención sanitaria revela indicadores que son críticos en la manera cómo llega la esperanza de salud.
Es bien dura la realidad social en las distintas comunidades de la Comarca Indígena y debemos mencionar algunas como Kusapin, Bisirá, HatoChami; aquí las instalaciones de salud que existen brindan atención médica completamente limitada.
En los distritos de Mironó y Nurum la realidad social es más cruda. Hay en la Comarca dos centros de salud, ubicados en los distritos de Mûna y Nole Duima, donde se logra un poco mejor la atención médica con servicio de cama. Pero del lado atlántico, en el distrito de Kankintú, las facilidades médicas son bien diferentes a las bondades que se ofrecen en Alto Soloy del sector pacífico.
Dirigentes políticos, en muchos gobiernos, tienen por rutinas llegar a las zonas comarcales a buscar el voto en cada torneo electoral. Para ellos, es el voto más fácil al final de la campaña; pero los análisis históricos también nos dice que esos políticos que juegan con la pobreza de un pueblo están condenados a ser mediocre.
Igual se plantea que entre tantas promesas de políticos que no cumplen existe un premio record, eso es en los gobiernos democráticos luego de la dictadura; lo gana aquel expresidente que prometió eliminar las letrinas en muchas comunidades de zonas rulares.
La realidad es que no solamente se ofrecieron letrinas, sino que también sistemas de acueductos para la Comarca Ngäbe – Buglé y otras regiones, los cuales terminaron deteriorados por falta de mantenimiento y en muchos casos por desuso o deficientes construcciones, donde se dieron inversiones por muchos millones de dólares.
¿Cuáles fueron las razones de dicho fracaso? Algunos conocedores de los temas plantean que todo obedeció a una falta de compromiso en las comunidades indígenas y sus dirigentes en las tareas de mantenimiento.
Sin embargo, otros intérpretes del tema explican que los proyectos fueron un desastre total porque las inversiones pasaban a ser planificadas desde las oficinas refrigeradas en la Ciudad de Panamá, con un enfoque de arriba hacia abajo.
Pero hoy existen muchos escenarios distintos con esos asuntos de la letrina. Ingenieros y arquitectos, aquellos conocedores de lo que significa cumplir con la deuda social del país, plantean que los contratistas en su ambición de ahorrar costos y maximizar la ganancia, alteraron los diseños originales y, supuestamente, adquirieron materiales de mala calidad.
Hoy deberíamos evitar regresar a la triste historia de aquellas inversiones cuantiosas, los organismos internacionales y las agencias gubernamentales deberían insistir siempre en revisar a profundidad los enfoques con que se pretende ayudar a los pueblos indígenas, en materia de agua y saneamiento.
Los Ngäbe-Buglé son los pobres más pobres de la República de Panamá. La comarca se divide en tres regiones: (a) la que formaba parte de la Provincia de Chiriquí se llama Nedríni (tierra hacia el oeste), (b) la región Kodriri (tierra hacia el este) es el área que pertenecía a la Provincia de Veraguas y (b) la Región Ño Kribo es la región en el lado del Caribe que formaba parte de la Provincia de Bocas del Toro.
En cualquier punto que inclinemos las miradas esas perspectivas de salud en la Comarca Ngäbe-Buglé son cuestionadas porque también existen limitaciones de médicos, odontólogos, enfermeras y ahora con la crisis de la pandemia del Coronavirus (Covid-19) llegan otros grandes problemas.
En el distritos de Kankintú, Kusapín, Besikó, Mirona, Nole Düima, Múna y Ñürun se observan escenas de niveles de pobreza muy dura. La realidad social en materia de los servicios sanitarios debe movernos a la reflexión; aquí escasean los inspectores de saneamiento ambiental, la vulnerabilidad de la población aumenta y cualquier problema se multiplica.
Es necesario realizar inversiones en las áreas de la construcción, electrificación, necesidades de agua y saneamiento de las comunidades. ¿Será posible lograr un sueño diferente, donde los niños crecen dentro de la pobreza?
Ya es tiempo de que el pueblo Ngöbe Buglé entre a los escenarios sociales del ser al tener sostén o apoyo económico. Entonces, sería de desear que el Presidente de la Republica, Laurentino Cortizo Cohen, en su lucha de combate a la pobreza, incline las miradas a la región; que se haga con justicia social y solidez, principio de equidad y siempre pensando en el porvenir de la Nación.
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