Por
Avenabet Mercado
Cada día hay que luchar por modernizar aún más las estructuras del Estado. Debemos reflexionar en torno a una reforma constitucional que permita asumir la ecuanimidad, el equilibrio, la justicia y la transparencia comercial donde la acción del sector empresarial pueda avanzar en coordinación con instituciones estatales sin el temor al riesgo de una competencia desleal.
Panamá necesita mantener una relación comercial más saludable donde el vínculo prevaleciente sea el respeto
mutuo, la buena comunicación, el planteamiento de proyectos en común y sin
ese juega vivo que tanto gusta a
muchos ciudadanos; en contraste, el
vínculo de las relaciones enfermizas en instituciones públicas frente al sector
empresarial se fundamenta en la
intolerancia, la incomunicación, la ausencia de proyectos en común, la
resignación, el hastío y la incomprensión.
De
nada vale que la actual gestión gubernamental
venga ofreciendo acciones más positivas
para dinamizar la economía nacional, si en el camino se observan instituciones estatales
que ya son enfermizas, se resisten a los
cambios tecnológicos y no giran acorde
al avance democrático de los tiempos, afectan el desarrollo de las actividades comerciales en un abanico social donde
es tan difícil tener éxito porque los anillos de
la burocracia aún nos golpean.
Se invita a que hagamos conciencia. Empecemos a abrir el abanico político mediante una verdadera promoción de liderazgos frente al abanico de las instituciones públicas, para ayudar a apuntalar aspectos culturales en la que nuestra escala de valores cada día sea más elevada en beneficio del porvenir de la nación.
Se invita a que hagamos conciencia. Empecemos a abrir el abanico político mediante una verdadera promoción de liderazgos frente al abanico de las instituciones públicas, para ayudar a apuntalar aspectos culturales en la que nuestra escala de valores cada día sea más elevada en beneficio del porvenir de la nación.