avenabet@yahoo.es
Necesitamos muchos diplomáticos atrevidos, para hacer el bien al porvenir de la nación. Tenemos que ir eliminando a esos representantes consulares que gustan el escamotear documentos.
Necesitamos muchos diplomáticos atrevidos, para hacer el bien al porvenir de la nación. Tenemos que ir eliminando a esos representantes consulares que gustan el escamotear documentos.
Lea éste artículo en el Panamá América.En nuestra nación hay asuntos que requieren de urgencia, la justicia es una de ella. Ha llegado el tiempo en que los ciudadanos deben aprender que nada rasca mejor nuestra piel que la propia uña. Tenemos algunas organizaciones sociales y políticos oportunistas que literalmente no sirven para nada. Esto es así porque hoy, en plena jornada de la democracia, observamos organizaciones ciudadanas con excelentes trayectorias en su lucha para enfrentar la corrupción y también notamos otras que distan muchos de su razón de ser: están sumergidas en la inercia, padecen una metamorfosis en la que adquieren un carácter sectario, exclusivista y de club social. Recientemente, en sesión de Gabinete, se acordó nombrar a Ana Isabel Belfon como nueva procuradora general de la nación, y hubo quienes la adversaron sin saber aún cuál sería su línea de ejecución. Belfon hizo una larga carrera en el Ministerio Público, empezó desde abajo, como personera municipal hasta llegar al cargo de fiscal superior. Sus funciones no estaban relacionadas con la parte política ni del Órgano Ejecutivo, sino del sistema judicial del Estado. En la jornada por la justicia, ella fue la asesora legal de una de las mujeres civilistas más luchadoras contra la dictadura militar: la exalcaldesa Mayín Correa. Es una funcionaria actualizada, cuenta con una maestría en el Sistema Penal Acusatorio, profesional del Derecho y conoce perfectamente lo relacionado al Derecho Penal. Su llegada a la Procuraduría de la Nación puede ayudar para dar respuestas a algunos reclamos, que requieren de correctivos formales. No olvidemos aquella crisis política que nos dejaron las investigaciones del Centro Multimodal, Industrial y de Servicios (Cemis), donde hasta dirigentes sindicales resultan embarrados. Es tiempo de empezar a poner orden. Aquí la justicia, muchas veces, utiliza un lenguaje judicial que la gente común no puede hablar, no puede entender, no puede escribir y, peor aún, con frecuencia, varios procesos judiciales están abiertos al soborno. Hoy, pocos jurisconsultos quieren detenerse para analizar los problemas que sufren los ciudadanos cuando van a resolver un caso penal. En las oficinas todo es un manoseo de papeles, un laberinto. Peor, algunos tribunales superiores son como árboles de silencio donde las personas van buscando respuestas judiciales y salen sin resolver nada. Allí, desde la raíz más pequeña, es tan difícil encontrar un leñador que realmente dedique su tiempo a dar respuestas jurídicas para aquellas personas que nada tienen y nadie quiere oír. Si Belfon ha llegado a la Procuraduría para enfrentar cualquier condición de delitos graves, cualquier asomo de corrupción o para unirse a esos magistrados y jueces que velan por la correcta administración de justicia, entonces, tiene que ser aplaudida. Necesitamos un Panamá justo, necesitamos abogados y jueces de absoluta honradez y lealtad, necesitamos una disposición moral a mantener viva la justicia ante la adversidad de quien es víctima de abuso y que le retribuyan lo que le corresponde por ley. En el Órgano Judicial no podemos seguir aplaudiendo que en el desempeño de gestiones estén algunas manos de políticos o diputados que mantienen espíritu mezquino, mediocre y, más que todo, aberrante. Recordemos recientes legislaturas en nuestra joven democracia, y más en tiempos de la dictadura militar, todos sabemos muy bien cuánto esfuerzo cuesta vencer aquella repugnancia que inspiraban ciertos diputados cuando hablaban de patriotismo y pisoteaban el santuario de las leyes. Mientras la caravana de la jurisprudencia avanza, hay que apartar del camino los pecados políticos y aquellos diputados que ladran porque olvidan que la justicia es una condición necesaria para la paz democrática y el desarrollo de nuestra nación.
Israel no puede retroceder
Por Avenabet Mercado
Todos tenemos que estar dispuesto a facilitar que el Estado de Israel y sus ciudadanos vivan en paz.
Esa nación tiene derecho a las ideas políticas y no puede, jamás, ni retroceder y muchos menos hacer concesiones a ningún otros Estados o gobiernos de la región en donde los abanicos del terrorismo sean los sentimientos que imperen frente al avance de las libertades, que en sí son la idea más pura de la democracia.
Los movimientos que se opongan a la paz tienen que ser desplomado.
En la región los grupos violentos y que dejan escenas dramáticas de dolor tienen que ser conjurado porque se esta siendo necesario que el concepto de Estado, sociedad, propiedad, bien público, trabajo social e individual giren en armonía para ayudar a reducir la brecha del deterioro humano. Israel esta enfrentando moralmente las escenas de las violencias y sus ciudadanos tienen derecho a vivir sin temor.
La lucha del Estado de Israel, que se levanta de la ceniza de la Segunda Guerra Mundial donde Adolf Hitler era la marca del escenario perverso, por el perfil de la paz no es en vano.
Hay que peregrinar por Israel porque allí esta el poder de la fe cristiana, la paz y la realidad de un ideal político de verdadera justicia social.
Esa nación es amante del más puro ideal de la paz. “Ustedes conocen mejor que nadie el dolor que llega cuando pasa la guerra” dijo en una ocasión el difunto papa, Juan Pablo ll, al definir un mundo en convulsión.
Israel tiene derecho de darles a sus ciudadanos un domicilio digno y el derecho a no ser víctima de ataque. En la localidad de Nitzan, en Ashkelon, ya están las primeras familias que recibieron las llaves de las casas prefabricadas donde residirán temporalmente, después de que se trasladen al asentamiento de Nisannit, en el norte de la Franja Gaza , así también nos los destaca el diario Yedioth Ahronot al definir como avanza la primera familia de colonos al abandonar Nisanit.
Los planteamientos del dirigente laborista Simón Pérez o lo del Primer Ministro de Israel, Ariel Sharon, no pueden caer en el vacío cuando se refieren a los movimientos islámicos violentos que avanzan por la región sembrando el terror ante de las elecciones parlamentaria de enero próximo.
El Estado de Israel tiene el derecho de proteger a sus ciudadanos y asegurarle seguridad personal a cada familia, tiene el derecho a no ser objeto de injerencias arbitrarias de ninguna nación y también de rechazar instigación del odio racial o religioso. Las Naciones Unidas estableces en sus cartas claramente hasta donde llegan los derechos de Israel.
Jamás se puede en esas jornadas por la paz olvidar a Aller Karol Woytila, como un pastor con iniciativa, nos dejo un legado papal difícil de desechar en nuestros caminos por la libertad. Y hoy Joseph Ratzinger, el Papa Benedicto XVl, tiene entre sus manos otro nuevo mensaje para la paz en un mundo de desafíos. Israel también interpreta claramente esos esfuerzos, todos los hombres y mujeres deberíamos desde ya abrir nuestros corazones para que los ciudadanos de esa nación puedan vivir en su tierra siempre bajo la protección de Dios, y buscando igualmente el ideal de la democracia que en sí es el sentido real de la libertad.
Peligra la democracia panameña
Por Avenabet Mercado
amercado@elsiglo.com
En esta jornada de democracia la nación esta necesitando de dirigentes que hagan diferencias entre los conceptos de comunicación efectiva en busca de dar respuesta la justicia social y de aquellos que puedan significar acciones de alcahuetería política que en verdad no dan muy buenos resultados al ambiente político.
Y en ese sentido los golpes que ha dado el poder Ejecutivo al promulgar el decreto de ley sobre la Seguridad Pública, donde se violan aspectos fundamentales relacionados con las garantías de los ciudadanos sin pasar por el debate público de la Asamblea Nacional es como pisotear lo más puro principios políticos que nos da el desempeño democrático, sistema que sí funciona, sistema que sí estabiliza principios justos y sistema que si aplica la ley y también nos da la libertad.
No habrá una verdadera democracia en Panamá si las Instituciones Públicas no se fortalecen mediante un proceso de transparencia, revisión de cuentas y acceso a la información . Tampoco podrá ser posible la democracia si en Gobierno Nacional no debate con los partidos oposición y lleva a la Asamblea Nacional el tema de la Seguridad Social.
Aquí las voces tendrán que empezar a unirse. El gran debate público tendrá darse con la participación de los partidos políticos y también tendrá que organizarlo la Red Democrática Ciudadana, en la figura de Mauro Zuñiga; el presidente de Transparencia Internacional, Roberto Eissenman; o los ciudadanos que en democracia han lidiado con los temas de Seguridad, entre ellos el doctor Ebrahim Asvat, democrata y ex jefe de la Policía Nacional.
Las acciones políticas del avance democrático se fortalece con principios ideológicos coherentes, y esta jamás puede ser impulsada en un ambiente donde existan dirigentes que por donde quiera que avancen solamente dejan el polvo de la ceniza para que nada pueda quedar en pie. En Consejo de Gabinete, en su lucha por impulsar el proyecto de Seguridad Pública, las acciones de los ministros de Gobierno y Justicia, Daniel Delgado Diamante y de la Presidencia, Rubén Arosemena, mañana pasara por el filtro de la historia.
El proceso democrático no nos llegó para que existan dirigentes que quieran vivir improvisando planteamientos políticos de espalda a la realidad social de la nación. El triunfo político fue una lucha de resistencia . existieron hombres con rostros goteando y no por la brisa, sino por el dolor.
Existieron madres con sus puños de silencio en cada bocas, con largas cicatrices en su corazón que le bajan hoy como si fueran antiguos riachuelos. Es tiempo de dejarlo atrás, es tiempo de dejar atrás la historia porque la democracia reside en la ley, y no en el odio.
Pero en nuestra nación abundan hombres silenciosos con corazones dañinos que olvidan la grandeza en la lucha democrática durante el mes de agosto del año 1982, la jornada del verdadero cambio político dialogado deponiendo actitudes personales y levantando la moral dentro de los organizaciones partidistas.
No podemos olvidar jamás a dirigentes honestos. El doctor Arnulfo Arias Madrid levantó la bandera de la democracia y sus acciones fueron triunfo favor de la Caja del Seguro Social.
Tampoco podemos olvidar la marcha política del doctor Ricardo Arias Calderón, quien fuera presidente del Partido Demócrata Cristiano y vicepresidente de la república, su jornada de lucha política tuvo un valor histórico porque hizo con verdadero valores éticos. Pero hay que decirlo hoy con honor, aquí ahora existen hombres diminutos que en democracia se inflan con verdadera alcahuetería.
¿ Militarismo o democracia ?
Por Avenabet Mercado
La dolorosa realidad que estamos presenciando hoy con el cacareo de impulsar fuerzas represivas en la estructura de mando de la Policía Nacional no es fruto de la nueva generación de policías, sino de la tolerancia ancestral de viejos políticos y militares enquistados en el poder que van generando un decaimiento de la moral pública, un hedor, que ni la misma democracia puede seguir reciclándolo.
Todas esas voces que en estos meses sueñan con impulsar cadenas de mando propio de ejército con disciplinas represivas mueve a la reflexión de los sectores políticos a otear hechos como lo del 22 de septiembre de 1999 cuando se exhumo en el extinto Cuartel militar de los Pumas una osamenta que, en principio se sospechó que correspondía al desaparecido sacerdote Héctor Gallego, pero pruebas practicadas luego demostraron que correspondían a Heliodoro Portugal, ciudadano desaparecido durante la dictadura en circunstancia misteriosas.
Y los casos misteriosos siguieron aumentando con los crímenes de Teodoro Palacios Hurtado, otras circunstancia misteriosa y otras cadenas de dolor como la desaparición física de Encarnación González, quienes pueden ser contabilizado por el poder del extinto G-2 o aparato de inteligencia militar.
Las escenas jamás deben ser olvidada por el hilo de la historia. Pero lo que duele en nuestra nación es ver a jóvenes que son dirigentes honestos transformarse en figuras conformistas que muchas veces ni siquiera perciben la escandalosa corrupción que les rodea, y peor aún, tampoco ven el monstruo represivo que quieren imponer a la democracia de la nación como una cadena de fuerza, y eso sí se llama ser desvergonzado.
Por Avenabet Mercado Se hace imposible no pensar en las huellas que dejan las caricaturas del artista Benjamín Samudio (Benji, como lo c...