Por Avenabet Mercado
No se puede seguir viviendo en el
mismo camino que siempre se ha estado.
Combatir la pobreza también significa invertir en el desarrollo de la
educación para impulsar a Panamá con pasos firmes hacia un mejor porvenir.
No es justo que con tantas
inversiones en Panamá existan regiones donde los niveles de desarrollo
tecnológico, que nos da la ciencia, jamás lleguen en forma eficiente a las
escuelas; pero si por casualidad llegan, la limosna gubernamental va cayendo a cuenta agota.
Panamá tiene que dolernos a
todos, es nuestra nación. Hay suficientes evidencias de escuelas ranchos en zonas rurales donde los
niños para estudiar no tienen pupitres en que sentarse y si existen, sus sillas son bancas de tablones más duro que una piedra.
El desarrollo educativo no puede
ser sustentable mediante un proceso administrativo donde el apoyo llega a las
escuelas de gotas en gotas de agua. El Presidente de la República de Panamá,
Juan Carlos Varela Rodríguez, puede ayudar a inclinar más la balanza en
beneficio de la educación para apoyar aquellas escuelas donde un estudiante
jamás ha podido ver de cerca una computadora y sí la vez, es del docente o la
secretaria.
En la actual coyuntura social de
crecimiento económico que hoy vive Panamá, es doloroso ver como aumenta el
deterioro y deshumanización de la educación. Todo es un negocio y nadie dice
nada. Las escuelas ranchos se destruyen en base a buenas ejecutorias
administrativas.
Los tiempos cambian. Jamás debe dársele
la espala a aquellos conceptos de una enseñanza laica, gratuita y obligatoria
desde el nivel pre-primario hasta abarcar el ciclo secundario completo y en
igualdad de oportunidades para el acceso a niveles superiores de la educación.
No podemos seguir viviendo con un
sistema que se ha ido generando en base al mercantilismo y elitismo de la
educación, se ha establecido un sistema educativo perverso cuyas consecuencias más
visibles son: deterioro absoluto de la escuela pública, degradación personal y social
de los docentes, discriminación social
frente a sectores de menos recursos
económicos; entre otros aspectos se ha permitido el fomento de todo tipo de
violencia, dentro y fuera de la escuela, desorientación vocacional y más que
todo, pérdida del sentido que dignifica la labor de aprendizaje y docencia.
Es responsabilidad del Estado
cumplir con la educación, pero para lograr mejores metas se debe bajar el activismo político
en las escuelas del país. Esperamos que
el Ministerio de Educación (MEDUCA), a cargo de su titular Marcela Paredes,
pueda tener mejor resultado educativo en
beneficio de nuestra nación.
Avenabet Mercado/Linkedin #UNESCO