Por Avenabet Mercado
amercado@yahoo.es
Viene dejando lagunas la forma como algunos sectores del país vienen impulsando la enseñanza universitaria. Esto así porque pareciera que en lugar de prevalecer la responsabilidad social e intelectual, está ganando fuerza en la plataforma del ‘Alma Máter’ una supuesta concepción mercantilista de la educación.
Y las autoridades responsables tendrán que empezar a fiscalizar el rol
que desempeñan muchos centros de educación superior, porque en algunas
de esas entidades podría estarse poniendo en peligro esa responsabilidad que tiene el ‘Alma Máter’ en cumplir con la obligación social del saber, el progreso, la formación de las personas con mira a un desarrollo sólido, y más que todo: la humanización de la enseñanza, donde prevalezca una fuente de aprendizaje permanente y excelencia disciplinaria frente al avance de la globalización.
Cuidemos nuestras universidades, pero aquellas que no han podido ser viciadas; aquellas que han podido adaptarse con dignidad al avance técnico y científico; aquellas que con fervor cristiano se oponen a la marginalización social del ser humano.
En tal razón, urge que las universidades se aboquen a un proceso de reforma con una visión más humana, para contrarrestar la actual corriente depredadora de la comercialización de la enseñanza superior.
amercado@yahoo.es
Viene dejando lagunas la forma como algunos sectores del país vienen impulsando la enseñanza universitaria. Esto así porque pareciera que en lugar de prevalecer la responsabilidad social e intelectual, está ganando fuerza en la plataforma del ‘Alma Máter’ una supuesta concepción mercantilista de la educación.
Y las autoridades responsables tendrán que empezar a fiscalizar el rol
que desempeñan muchos centros de educación superior, porque en algunas
de esas entidades podría estarse poniendo en peligro esa responsabilidad que tiene el ‘Alma Máter’ en cumplir con la obligación social del saber, el progreso, la formación de las personas con mira a un desarrollo sólido, y más que todo: la humanización de la enseñanza, donde prevalezca una fuente de aprendizaje permanente y excelencia disciplinaria frente al avance de la globalización.
Cuidemos nuestras universidades, pero aquellas que no han podido ser viciadas; aquellas que han podido adaptarse con dignidad al avance técnico y científico; aquellas que con fervor cristiano se oponen a la marginalización social del ser humano.
En tal razón, urge que las universidades se aboquen a un proceso de reforma con una visión más humana, para contrarrestar la actual corriente depredadora de la comercialización de la enseñanza superior.